Algas


Algas para cosmética
Algas para cosmética

Las algas son un grupo muy heterogéneo de organismos vegetales acuáticos que realizan la fotosíntesis, el proceso que convierte la energía lumínica en energía química necesaria para la síntesis de moléculas orgánicas. Producen una enorme cantidad de oxígeno y son una fuente indispensable para la vida marina.

 

Las algas ya eran utilizadas por el hombre hace siglos. Dos mil años antes de Cristo se usaban como alimento, para usos medicinales y como fertilizantes, tanto en Oriente como en las culturas precolombinas. Griegos, romanos y aztecas también impulsaron su uso en diferentes campos.

 

 

El uso de algas en cosmética

 

El uso industrial de las algas se inicia a principios del siglo XX con los primeros laboratorios especializados en la investigación y comercialización de cosméticos basados en algas en Francia. Los primeros productos elaborados con algas son jabones, cremas de afeitar, champús, tintes, lápices de labios, tónicos, maquillaje, espumas y diversos productos de baño.

 

En poco tiempo, el uso de las algas en productos cosméticos tuvo una gran demanda por su alto contenido en oligoelementos, sales minerales, vitaminas y aminoácidos que sirven para mantener el buen aspecto externo de la piel, ya que son directamente asimilables por las células cutáneas.

 

Las formas de aplicación más común son geles, mascarillas, emulsiones, champús, lociones y cremas, y entre sus múltiples usos se destaca los tratamientos tonificantes, hidratantes, rejuvenecedores y anticelulíticos.

 

El uso de algas en la formulación de cosméticos tiene lugar a dos niveles. Por un lado, tenemos los preparados en los que se añaden extractos vegetales de algas como agente activo, y por el otro, la utilización de ficocoloides como agente gelificante de la textura cosmética.

 

a) Las algas como agente activo

Gracias a su composición, las algas poseen, entre otras, grandes propiedades tonificantes, hidratantes, suavizantes, depurativas, drenantes, antioxidantes y nutritivas. Su eficacia y función cosmética varía en función de la dosis y el extracto utilizado:

  • Depurativa: las algas estimulan la circulación y favorecen la eliminación de toxinas.
  •   Hidratante: todos los tratamientos a base de algas tienen un gran poder hidratante sobre la piel, ya que liberan unas sustancias gelatinosas que aportan un plus de agua a la dermis.
  • Nutritiva: las algas contienen glúcidos, lípidos, proteínas, minerales y oligoelementos.
  • Tonificante: el aporte de minerales aumenta la elasticidad y el tono de la piel disminuyendo su flacidez.

 

b) Los ficocoloides (polisacáridos)

Las paredes celulares de las algas marinas contienen polisacáridos (ficocoloides o hidrocoloides) que les otorgan flexibilidad y les permite adaptarse a la variedad de movimientos de las aguas en las que se encuentran. Cuando se dispersan en el agua como sustancias coloidales, los ficocoloides aumentan su viscosidad (de ahí sus aplicaciones como agentes espesantes) o forman geles. Es por ello que proporcionan una textura suave y untuosa como agente gelificante o moderador de la textura en diferentes formas cosméticas.

Los hidrocoloides más importantes son el alginato (presente en las algas pardas) y el agar y el carragenano (presentes en las algas rojas).

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