Es el aceite extraído de las pipas o semillas de girasol y debe ser un aceite
extraído en frío y de primera presión para que mantenga sus extraordinarias propiedades.
El origen del girasol se atribuye principalmente a México, pero parece ser que fue en Rusia a
finales del siglo XVIII donde se realizaron las primeras pruebas de extracción de aceite y es ya a mediados del siglo XIX cuando se empieza a comercializar a gran escala.
Propiedades del aceite de girasol
- La cualidad más importante del aceite de girasol (si es de primera presión en frío y tomado en crudo) es su alto contenido en vitamina E y en ácidos grasos no saturados los cuales para el
humano son esenciales, ya que no los puede producir.
- La calidad de sus ácidos grasos (mono y poliinsaturados) junto a su riqueza en ácido linoleico, oleico y vitamina E ayuda a reducir el riesgo de sufrir problemas circulatorios, infartos y
diferentes tipos de problemas cardiovasculares.
- Cada vez se reconoce más la eficacia del aceite de girasol a la hora de regular el metabolismo del colesterol, ejerciendo una acción de drenaje en los abscesos de colesterol, en los tejidos y
sobre todo ayudando a mantener “limpias” las paredes internas de las arterias. El aceite de girasol será, por ello, también muy adecuado en casos de arteriosclerosis. Se podrá tomar solo o en
igual proporción con el aceite de oliva uniendo de esta forma sus cualidades. Reduce, pues, eficientemente el nivel de colesterol total, LDL y los niveles de triglicéridos.
- El aceite de girasol es ideal para tomar en crudo ya que no soporta bien las temperaturas.
- Es ideal para aliñar ensaladas u otros platos. Además de sus beneficios aporta a los alimentos, si no es refinado, su delicioso sabor a semillas de girasol.
- La riqueza del aceite de girasol en vitamina E lo hacen un buen aliado de nuestra piel (se la conoce como la vitamina de la belleza).
- Esta riqueza en vitamina E le otorga un gran efecto antioxidante con lo que sus propiedades terapéuticas son muy amplias.