Este aceite esencial se extrae de las hojas y ramillas tiernas y frutos del ciprés, árbol perenne y típico de nuestra península.
Su olor se parece al del pino, aunque es ligeramente más dulce y menos abrumador.
Componentes activos: d-pineno, d-sivestreno, cimeno, sabinol, un alcohol terpénico y alcanfor de ciprés.
Es un aceite práctico para el cuidado de la piel y el cabello ya que estimula la circulación y es seboequilibrante. Se añade a menudo a los remedios contra la celulitis y resulta excelente para mejorar el tono de toda la piel. Es bastante astringente y se adapta mejor a las pieles normales, mixtas y grasas. Agregado a baños templados, o aceites de masajes estimula y reanima los músculos doloridos después del ejercicio. Aplicado mediante compresas frías es útil en casos de venas varicosas y poros dilatados.
En el ambiente ayuda con los problemas respiratorios y el asma. Es antiespasmódico y antiséptico, refrescante y balsámico. Combate la tristeza y la indecisión.
Terapéutica: se utiliza en gargarismos para la ronquera y dolor de garganta. Se inhala en casos de tos seca o convulsiva. Para problemas de menopausia empleado en un baño caliente. En casos de menstruo doloroso o abundante, se aplica mediante compresas sobre el abdomen y en el interior de los muslos. Los baños de asientos frescos o fríos son aceite esencial de ciprés alivian las hemorroides.
Combina bien con: bergamota y otras esencias cítricas, amaro, enebro, lavanda, mejorana, pino, sándalo.
Precauciones: Contraindicado en casos de epilepsia.