El Benjuí (Styrax paralleloneurum), de la familia de las Styraceas, es un árbol que alcanza una gran altura, tiene flores de color blanco y un fruto que contiene una semilla. De su tronco se extrae una resina muy olorosa, producida por los árboles del archipiélago malayo (Java y Sumatra) y también por los de la cercana Indochina.
El látex del benjuí se recoge de las incisiones hechas en la corteza y la parte exterior del tronco. Su consistencia es semilíquida en el momento de ser recogido, pero rápidamente se endurece y se torna quebradizo. El benjuí bruto tiene forma de lágrima o de un pequeño guijarro de color marrón anaranjado. La resina se obtiene de la materia bruta con disolventes tales como el alcohol.
Esta resina es muy utilizada en perfumería, siendo la más apreciada la que procede de Indochina, gracias a su alto contenido en éter y vainillina. Entra en la composición de gran número de perfumes, aguas de colonia y leches de belleza. Es empleado también en jabones como perfume y antiséptico. Asimismo, los dentífricos contienen benjuí.
El benjuí entra en la composición del incienso. Considerado como sagrado, antiguamente se hacían fumigaciones con él para alejar los malos espíritus.
Terapéutica: las propiedades antibacterianas del aceite esencial de Benjuí son muy utilizadas para curar las infecciones cutáneas como acné, eczemas, cuperosis, psoriasis y picores.
Muy diurético, ayuda a aliviar una infección urinaria. Esta esencia se emplea eficazmente para descongestionar los bronquios. Se puede utilizar en vaporización para abrir los alvéolos pulmonares. Su aroma cálido, azucarado y avainillado apacigua y calma el espíritu. Se puede asociar con sándalo o pachulí. En la cocina es utilizado para sustituir la vainilla ya que presenta un olor similar y es menos costoso.
Combina bien con: bergamota, pimienta negra, canela, ciprés, incienso, jengibre, jazmín, enebro, lavanda, limón, mejorana, mirra, petitgrain, rosa, romero y sándalo.
Precauciones: evitar la exposición al sol después de su aplicación en la piel.