Árbol originario de Australia, no tiene nada que ver con el té (Camellia thea) y en cambio pertenece a la misma familia que el eucalipto. Hay que prestar mucha atención a su nombre botánico ya que hay otros aceites que se extraen de plantas pertenecientes al mismo género, Malaleuca, con los que frecuentemente es confundido. El aceite esencial se obtiene mediante la destilación de ramillas y hojas. Puede tener un tono amarillo pálido o ser casi incoloro. Desprende un poderoso olor medicinal un poco parecido al del eucalipto.
Componentes activos: grandes cantidades de terpineol junto a diversos alcoholes y monoterpenos.
Crea un ambiente purificador del aire y del aparato respiratorio. Las inhalaciones son muy eficaces en caso de catarro y sinusitis.
Muy valioso para aplicarlo en cosmética y belleza. Es purificante, calmante y cicatrizante, deja la piel lisa y sana, incluso después de lesiones importantes. Excelente desodorante adecuado para baños de pies y enjuagues de boca. Tiene propiedades desinfectantes, antifúngicas y analgésicas. Además, es tan delicado que es de los poquísimos aceites esenciales que pueden utilizarse puros, sin diluir. En casos de picaduras de insectos, furúnculos infectados, vejigas, abrasiones, cortes u otras heridas, se puede poner una gota en el lugar afectado. También valioso en casos de herpes, quemaduras o pruritos de diverso origen.
Tenerlo dispuesto para emergencias, cortes, caídas y otros pequeños incidentes, especialmente para los niños. Si se aplica rápidamente reduce la formación de edemas y dolores.
Terapéutica: se emplea para el tratamiento de acné, quemaduras, herpes, granos, heridas infectadas, pieles acnéicas, postdepilación, pedicuras, psoriasis, dermatitis seborreica, caspa del cuero cabelludo,...
Precauciones: Para algunas personas este aceite resulta irritante, por lo que aquellos que tengan una piel sensible o hayan reaccionado de forma alérgica a otras sustancias han de poner cuidado al emplearlo.